lunes, 27 de abril de 2015

Adoptar un buen acuerdo para regular la ruptura familiar.


La adopción de un “buen” acuerdo entre los progenitores que se enfrentan a la regulación de la situación post-ruptura, ciertamente, no siempre resulta una labor fácil. Las diferentes situaciones que pueden provocar la ruptura familiar y los sentimientos implicados normalmente tienden a dificultar la adopción de estrategias que favorezcan una rápida y adecuada resolución.

Ante la inminencia de la ruptura, la pareja puede entrar en fuertes controversias sobre sus intereses individuales. No obstante, cuando existen hijos, por fuerza deberemos considerar siempre que el buen acuerdo será aquel que más tenga en cuenta los intereses y necesidades de ellos y que facilite la adaptación de todos los miembros de la familia a la nueva situación.

Sin duda, cada miembro de la pareja tiene derecho a continuar con su vida de forma independiente. Pero no podemos olvidar que también los hijos tienen derecho a continuar con sus relaciones familiares aunque el matrimonio termine.

Pautas a considerar:

-          En ningún caso  debe involucrarse a los niños en las discusiones sobre las medidas a adoptar.

-          Los progenitores deben intentar mantener los conflictos de pareja al margen de los datos objetivos que se deben valorar.

-          Es preciso recordar que las discusiones repletas de recriminaciones mutuas difícilmente contribuirán a resolver la situación. Si el diálogo se transforma en una dura confrontación es preferible interrumpirlo y proseguir en otro momento.

-          Es fundamental tomar en consideración las necesidades e intereses de los hijos.

-          Las cuestiones económicas referidas a la manutención y educación de los hijos pueden basarse en datos suficientemente objetivos y contrastables. Es necesario intenta que las emociones no dificulten la capacidad de valoración.

-          La estructura que se adopte en cuanto a la custodia de los hijos debe respetar en lo posible la pauta de relación que ha constituido su forma de vida habitual y, en cualquier caso garantizar su derecho a relacionarse libremente con ambos progenitores.

 

viernes, 17 de abril de 2015

¿Es traumática la ruptura familiar?

El impacto emocional que supondrá la separación para cada uno de los miembros de la pareja, dependerá en gran medida de las motivaciones y la situación que han propiciado la ruptura y la forma en que se enfoque ésta.

En líneas generales, suelen resultar más traumáticas las rupturas que se derivan de la infidelidad de uno de los miembros porque la persona que se siente traicionada ha de  enfrentarse a sentimientos y pensamientos muy desestructurantes y asumir cambios profundos en un periodo de tiempo reducido; a su vez, el otro miembro de la pareja puede experimentar sentimientos de culpabilidad que le conducen a tratar de compensar la situación con conductas y actitudes que no siempre resultan beneficiosas.

Es importante conocer aquellos aspectos que pueden suponer un mayor riesgo de conducir a una situación traumática, para poder valorar su posible influencia en la situación particular e intentar, en lo posible, que no tengan una repercusión negativa  en las decisiones que se adopten en relación a los menores.

Algunos factores de riesgo:

-          Las creencias (religiosas, familiares...) que desaprueban la disolución del matrimonio.

-          Tener un lazo emocional muy intenso con la ex - pareja.

-          Resultar aislado (a nivel familiar, social...) como consecuencia de la separación.

-          El deseo de “castigar” al otro cónyuge.

-          El deseo de “compensar” al otro cónyuge.

Si uno o ambos miembros de la pareja se ve afectado/a por  alguna de estas circunstancias,  sería positivo recomendar que recabase asesoramiento profesional para poder elaborar convenientemente las emociones que le afectan y poder centrarse adecuadamente en la construcción de las medidas más adecuadas para todos los miembros de la familia, especialmente, respecto a los hijos.

 

jueves, 9 de abril de 2015

Comunicar la ruptura a los hijos


Cuando la decisión de los adultos es firme y se han clarificado las cuestiones fundamentales, es necesario anunciar a los hijos la separación. Los niños, aunque sean pequeños,  necesitan una cierta explicación del proceso que está viviendo la familia, de la decisión adoptada y del proyecto de futuro. Es conveniente ofrecerles aquellas informaciones básicas que pueden ayudarles a entender los sucesos que se están produciendo y que le ofrezcan la imagen de que los progenitores mantienen el control de la situación a pesar de la crisis familiar. No es oportuno ofrecer información sobre las cuestiones adultas que no competen a los menores ni pueden asumir.
Cabe recordar que la separación o el divorcio, en el polo negativo suponen la expresión de un desacuerdo que ha resultado irremediable. Sin embargo, también es una ocasión en la que los adultos ofrecen a los niños una pauta de actuación ante la necesidad de resolver eficazmente una crisis. Considerando este factor, tendremos en cuenta el aprendizaje positivo o negativo que puede suponer para los niños el paso por este proceso.

El momento elegido para hablar con los niños es importante, no es posible establecer un diálogo clarificador en un ambiente poco adecuado. Por ello, es conveniente escoger un momento en que los miembros de la familia puedan estar relajados y concentrados en la conversación.
El curso que seguirá el diálogo, depende de muchos factores. No obstante, usted puede contar con cierta previsión si considera tres puntos fundamentales:
  • Una breve y muy sencilla explicación de los motivos que les han conducido a la decisión de separarse.
  • Los cambios que supondrá la nueva situación y como se enfocaran.
  • Asegurarse de que los niños entienden que el problema afecta a la pareja y no a su función y sus sentimientos cómo padres.
Es fundamental adaptar el lenguaje al nivel de comprensión de sus hijos y tener cuidado con no ofrecer detalles innecesarios del conflicto de los adultos que pudiesen influir a los niños obligándoles a tomar partido en la disputa.
Es posible que los niños no reaccionen en la forma que ustedes esperaban y/o que les desconcierten con preguntas que no esperaban... Por ello, es conveniente que aborde la situación con una actitud abierta, respetuosa y flexible que le permita adaptar su explicación a las inquietudes que puedan manifestar sus hijos.

lunes, 30 de marzo de 2015

Germanwings

Tragedia, esta es la primera palabra que a cualquier ser humano se le pasa por la mente tras el suceso del vuelo estrellado de Germanwings…

Mucho podría comentar…..en positivo: el afecto y solidaridad de la población, el magnífico despliegue de los colegas expertos en emergencias, la impecable investigación desarrollada por el fiscal francés… Todo ello, al servicio de las familias que tratan de asumir lo inasumible.
En negativo: la cobertura mediática, aquella que nos pone a todos en situación de indefensión, la que acusa –sin aval – a determinada psicopatología como causante del acto… aquella que hará que muchas personas no se sientan seguras ante personas con problemas de salud mental, la que estigmatiza… la que usa cualquier información para “vender” sin empatizar con el efecto que ello tendrá en la población…
El sentimiento generalizado es de indefensión, no puede ser otro. ¿Subo a un avión en el que no se si quien lo maneja está en condiciones?, ¿Qué pasa si vuelo con una compañía que no obliga a un miembro de la tripulación a estar en la cabina si sale uno de los pilotos?....
Podría daros mi opinión forense del tema, pero ello excedería lo que tengo en mente en esta ocasión. Baste decir, lo que otros colegas ya han dicho, sufrir una depresión y realizar una acción como esta no es una situación esperable, se aleja sobremanera de las conductas que podemos esperar en alguien que padece esta problemática… hay que aguardar, ver el resultado final de la investigación, no hay más remedio.
Queremos saber, porque ello nos da la falsa ilusión de control que necesitamos, pero  es una falacia en realidad… la simple explicación de “sufría un trastorno mental” tranquiliza a la población porque da una explicación “lógica” pero no siempre es tan sencillo…. En realidad, creo que nunca sabremos exactamente qué es lo que realmente sucedió.
Casi todo está dicho ya sobre los efectos del suceso, pero hay algo que no he leído ni escuchado en ningún medio… ¿Qué siente ahora mismo el piloto que vuela con un compañero al que puede que ni conozca de vista?, ¿Miraran con suspicacia a su compañero?, ¿Confiaran en su criterio en caso de dificultades?....
Lo más evidente siempre es lo más fácil, pero… también hay que pensar en los colaterales y, de momento, no he visto a nadie que hable de ello.
Finalmente, un recuerdo emocionado para las víctimas y mi solidaridad con quienes tienen que aprender a vivir sin ellos.

 

 

 

domingo, 15 de febrero de 2015

El contacto y comunicación con el progenitor no custodio

En algunos casos, la solución para el caso concreto familiar se establece en un sistema de tenencia exclusiva de los hijos a cargo de uno de los progenitores. Es entonces cuando es preciso decidir la pauta que permitirá el mantenimiento de la relación parento-filial entre el progenitor no custodio y los niños.

Los criterios que pueden guiar la decisión forzosamente han de considerar en primer lugar los intereses y necesidades de los niños. Para ello, el sistema debe tratar de garantizar que se cumplimentaran dos funciones psicológicas fundamentales:

  • Asegurar la protección de los derechos de los hijos y del progenitor a tener acceso mutuo y relacionarse libremente a pesar de que no vivan juntos.

  • Proteger y potenciar el vínculo emocional existente entre los hijos y el padre/madre con quien no conviven. 
La estructura más adecuada y viable a la realidad concreta de la familia y para su diseño deben contemplarse algunos aspectos fundamentales:
-          El vínculo existente entre el progenitor y el hijo.

-          La edad y nivel evolutivo de sus hijos.

-          Las posibilidades reales de contacto en función de los horarios laborales y circunstancias personales.

-          La posibilidad de que los intercambios sirvan para reproducir discusiones parentales, convirtiéndose en momentos claramente conflictivos.

-          Que la estructura adoptada no impida que el niño pueda continuar disfrutando de sus actividades habituales.

Una vez adoptada una decisión en cuanto a esta cuestión, es preciso recordar que ésta responde a un momento puntual (el presente) y, por tanto, aun teniendo en cuenta los factores más fundamentales, es posible que en el futuro sea necesario realizar ajustes para responder adecuadamente a nuevas necesidades de los niños y/o de los padres.
Pautas básicas:
·         El plan de comunicación debe permitir mantener el vínculo emocional existente entre el niño y el progenitor que marcha del domicilio, por tanto, la calidad de la relación no debe disminuir por la ausencia de contacto. Si el pequeño ha venido manteniendo una relación próxima y amplia con el progenitor, no tiene demasiado sentido que se adopte un sistema que no facilite la continuidad de esa pauta.

·         Si hay hermanos, en general,  no es conveniente diferenciar excesivamente la pauta que seguirán los niños. Por ejemplo, no llevarse nunca al menor porque es excesivamente pequeño. No obstante, si la diferencia de edades es muy grande, en ocasiones será adecuado considerar pequeñas variaciones.

·         Es necesario adaptar el plan de comunicación según la edad y nivel de desarrollo de los niños:

    • Los bebés y niños muy pequeños no tienen muy claro todavía el concepto “tiempo”, disponen de una capacidad menor para adaptarse bruscamente a nuevas situaciones y están desarrollando los lazos afectivos. Por tanto, sería adecuado recurrir a contactos que supongan una relación regular y continuada con periodos cortos pero frecuentes e intentando en todo momento respetar sus rutinas cotidianas.


    • Los chicos mayores requerirán abordajes mucho más flexibles para evitar que el cumplimiento del plan interfiera en sus relaciones sociales y actividades


    • En general, los niños necesitan una pauta regular y continuada de contacto. La discontinuidad se ha demostrado más perjudicial que la ausencia total.

martes, 27 de enero de 2015

Justicia terapeutica (TJ) y ruptura familiar.


Cuando las rupturas conyugales se resuelven en la vía judicial, en un marco de confrontación, se incrementa y mantiene el desequilibrio emocional asociado a los procesos de ruptura familiar, afectando de forma directa o indirecta  a todos los implicados (adultos y niños). Frecuentemente observamos que se ve minimizada la capacidad de los progenitores para desarrollar y aplicar estrategias que contribuyan a superar la situación y les evite entrar en un funcionamiento patológico que dificulta la adecuada resolución de los conflictos.
La Justicia Terapéutica (TJ), tiene aplicaciones en todos los ámbitos del derecho, pero en el ámbito de familia resulta de especial interés para abordar de forma conveniente los procesos de familia facilitando una adecuada resolución de los mismos y contribuyendo de forma eficaz a evitar los negativos efectos que pueden derivarse desde posiciones tradicionales basadas en la confrontación.
Desde esta perspectiva (TJ), los profesionales especializados (jueces, abogados, psicólogos....) contemplarán unos criterios y actitudes que contribuirán a facilitar un mayor bienestar a los implicados y que promocionan procedimientos preventivos y o paliativos centrados en un buen afrontamiento de la ruptura familiar con sistemas y/o programas que superan la confrontación y que facilitan  el bienestar y la salud psicológica de todos los miembros de la familia.
Este enfoque, no únicamente responde a una determinada (y necesaria) actitud y perspectiva de los profesionales que intervenimos en estos casos, sino que también incorpora el fomento de herramientas como la mediación familiar y de programas específicos de ayuda y soporte para estas familias, de los que ya disponen algunas Comunidades Autónomas y que han mostrado sobradamente su eficacia.
Para saber más:
 

lunes, 19 de enero de 2015

Sobre la guarda compartida en Cataluña

Recientemente el Diari Avui, publicaba un articulo firmado por la demógrafa Montse Solsona en las que reflejaba las cifras actuales referidas al divorcio en Catalunya, recordándonos que la incidencia es equiparable a la de los países centroeuropeos. En la misma línea, nos recordaba que los datos indican que en muy pocos años, las decisiones jurídicas en relación a la guarda compartida de los hijos ha experimentado un cambio muy significativo, pasando de ser una situación excepcional (como aun se mantiene en muchas Comunidades Autónomas), a suponer una realidad en el 30% de los procedimientos judiciales del año 2013.  Ello, recordaba Solsona, nos sitúa a un nivel similar al de Bélgica (33%) o Suecia (35%) y por encima de la situación existente en Holanda (22%), Noruega (20%) y Francia (19%).
 
La pregunta que cabe plantearse es: ¿esta superada en Catalunya la lucha ideológica que en muchos casos se encuentra en el debate custodia compartida vs custodia exclusiva?. Si atendemos a lo expuesto en la bibliografía científica (mayoritariamente de origen norteamericano) realmente, en este momento, estaríamos ya situados en una norma libre de connotaciones de genero que parece recurrir a la valoración del caso concreto por encima de sesgos de carácter cultural o ideológico.
 
El 30% de los casos nos posiciona en el mismo lugar que antaño se reclamaba en aras de la igualdad, no obstante, en mi opinión, ahora debe aun superarse la creencia de que la guarda compartida debe suponer siempre un reparto de tiempos del 50% entre los progenitores, ello no es la generalidad en ningún país y resulta en ocasiones francamente absurdo... ¿un debate sobre media hora más o menos? ¿una noche más o menos?. Tal vez cabe recordar que la guarda compartida se sustenta en el concepto "coparentalidad" que va mucho más allá del simple reparto temporal. A poco que pensemos, en familias con ambos progenitores ejerciendo de forma adecuada la coparentalidad no siempre se produce un reparto exacto del 50% en las tareas de atención directa de los menores, ¿debe ser diferente tras la ruptura? y, lo contrario: ¿el reparto igualitario de tiempos de tenencia supone un adecuado ejercicio de la coparentalidad?
 
En mi opinión, la actual situación requiere un paso más a nivel cultural y social, para superar algunas concepciones y enfocar definitivamente la forma de articular uno u otro sistema de tenencia en función de las necesidades e intereses reales de los niños y de las circunstancias concretas que enmarcan el caso que se este valorando. Desde un punto de vista técnico, no es posible avalar de forma absoluta la bondad de un sistema sobre otro de forma genérica, las realidades familiares son diversas y cada caso requiere de un atento examen que contemple de forma rigurosa los criterios valorables en estos casos a fin de huir de respuestas genéricas que, bajo el generalista concepto "el mejor interés del menor, pueden no ofrecer a ese menor concreto el marco más garantista con sus necesidades e intereses.
 
 
Referencias:
 

viernes, 9 de enero de 2015

La fuerza de la esperanza

Hace unos días, La Vanguardia publicaba en "la contra" la historia de José Manuel y su hijo Luis, el chico sufrió un accidente domestico que le causó daños cerebrales. Su recuperación ha resultado posible por el empeño de este padre que estudió, ideó y aplicó un método de rehabilitación multisensorial que permitió a Luis superar muchas de las secuelas. Esta es una historia de lucha, de superación y de esperanza que vale la pena leer.

http://www.lavanguardia.com/lacontra/20140106/54398834258/la-pena-no-cura.html

martes, 6 de enero de 2015

Actitudes parentales y efectos en los hijos


Evitar la aparición de trastornos o dificultades en los hijos a raíz de la ruptura familiar debe ser objetivo prioritario para los progenitores que se encuentran inmersos en el proceso de divorcio. En este sentido, es preciso tener en cuenta el peso que pueden tener algunas actitudes parentales derivadas de la situación emocional de los adultos y que pueden propiciar que se realicen conductas o comentarios que pueden resultar perjudiciales para el/la niño/a.
 
Exigir a un padre o a una madre que se abstraiga de los sentimientos que le esta suscitando la separación en sí, el fracaso de su relación y las implicaciones que ello conlleva de cara al futuro, puede parecer una labor irrealizable cuando se encuentra absolutamente ubicado en el centro de una de las situaciones más delicadas de su historia vital.

A nivel psicológico, el proceso de separación no finaliza necesariamente en la firma del documento que regulará la nueva situación familiar.  En ocasiones, algunas personas necesitan mucho tiempo para elaborar las emociones consecuentes a la ruptura de su familia y adaptarse a una nueva realidad.
 
Durante el proceso de ruptura los adultos pueden experimentar diversos sentimientos: ambivalencia, indecisión, miedo al futuro, ira, ideas de fracaso, dificultades de autocontrol, ansiedad, tristeza... ello, se proyecta casi inevitablemente en los hijos repercutiendo en su estabilidad emocional.
 
Algunas actitudes parentales especialmente perjudiciales:
 
  • Ofrecer a los hijos una imagen de absoluto desamparo y derrota.
  • Considerar al hijo como “refugio emocional”.
  • Abrumar al menor con excesivas responsabilidades.
  • Ser sobre-protector y/o excesivamente permisivo con los hijos.
  • Requerirle que juzgue actitudes o conductas del otro progenitor.
  • Convertirle en “confidente” .
  • Transmitirle  sentimientos hostiles hacia el otro progenitor.
 
Es recomendación general que en los casos en los que uno o ambos progenitores tengan dificultades para evitar transmitir estas emociones a los niños, recaben el conveniente soporte profesional que, puntualmente, va a ayudarles a elaborar de forma adecuada su propia situación emocional y puede ofrecerles asesoramiento adecuado para reconducir conductas y actitudes que pueden estar perjudicando a los hijos.
 

jueves, 1 de enero de 2015

Instinto paternal

Hoy os propongo la lectura de un articulo publicado recientemente por la revista "Muy Interesante" y al que puede accederse de forma libre en Internet. En el articulo se hace un interesante repaso a datos derivados de la literatura científica que avalan cambios biológicos en los hombres que van a ser padres. Asimismo, se exponen algunos de los efectos y beneficios de la relación paterno-filial  para los niños.

http://www.muyinteresante.es/salud/articulo/iexiste-el-instinto-paternal