lunes, 30 de marzo de 2015

Germanwings

Tragedia, esta es la primera palabra que a cualquier ser humano se le pasa por la mente tras el suceso del vuelo estrellado de Germanwings…

Mucho podría comentar…..en positivo: el afecto y solidaridad de la población, el magnífico despliegue de los colegas expertos en emergencias, la impecable investigación desarrollada por el fiscal francés… Todo ello, al servicio de las familias que tratan de asumir lo inasumible.
En negativo: la cobertura mediática, aquella que nos pone a todos en situación de indefensión, la que acusa –sin aval – a determinada psicopatología como causante del acto… aquella que hará que muchas personas no se sientan seguras ante personas con problemas de salud mental, la que estigmatiza… la que usa cualquier información para “vender” sin empatizar con el efecto que ello tendrá en la población…
El sentimiento generalizado es de indefensión, no puede ser otro. ¿Subo a un avión en el que no se si quien lo maneja está en condiciones?, ¿Qué pasa si vuelo con una compañía que no obliga a un miembro de la tripulación a estar en la cabina si sale uno de los pilotos?....
Podría daros mi opinión forense del tema, pero ello excedería lo que tengo en mente en esta ocasión. Baste decir, lo que otros colegas ya han dicho, sufrir una depresión y realizar una acción como esta no es una situación esperable, se aleja sobremanera de las conductas que podemos esperar en alguien que padece esta problemática… hay que aguardar, ver el resultado final de la investigación, no hay más remedio.
Queremos saber, porque ello nos da la falsa ilusión de control que necesitamos, pero  es una falacia en realidad… la simple explicación de “sufría un trastorno mental” tranquiliza a la población porque da una explicación “lógica” pero no siempre es tan sencillo…. En realidad, creo que nunca sabremos exactamente qué es lo que realmente sucedió.
Casi todo está dicho ya sobre los efectos del suceso, pero hay algo que no he leído ni escuchado en ningún medio… ¿Qué siente ahora mismo el piloto que vuela con un compañero al que puede que ni conozca de vista?, ¿Miraran con suspicacia a su compañero?, ¿Confiaran en su criterio en caso de dificultades?....
Lo más evidente siempre es lo más fácil, pero… también hay que pensar en los colaterales y, de momento, no he visto a nadie que hable de ello.
Finalmente, un recuerdo emocionado para las víctimas y mi solidaridad con quienes tienen que aprender a vivir sin ellos.

 

 

 

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